Estoy triste,
siempre me pone triste
el saber que alguien se ha engrillado
a la palabra matrimonio,
y proclama ufano
su eterna felicidad
¡imbéciles!
Un contrato no es la llave
para el cofre de la dicha,
digamos mejor
que abre la caja de Pandora.
jueves, 5 de febrero de 2009
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